lunes, 28 de mayo de 2012

Teatro, dirección.

Dirigir teatro implica señalar el rumbo; el teatro nunca puede ser democrático, pues se trata de ser capaces de ser intensos, de alcanzar la verdad; en tanto que el actor es una parte, una célula del todo; la célula no sabe como funciona el todo, se entrega, cumple con su parte, fluye hacia donde es necesario; si decidiera hacer algo distinto, terminaría la intensidad, se acabaría el conflicto, la complejidad y el teatro. Por eso la democracia es del todo ajena al teatro. La función del director consiste en indicar hacia donde fluye la intensidad para generar la verdad y el efecto en el espectador".

Fernando Martínez Monroy. Seminario El drama griego.



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